domingo, 5 de agosto de 2012


“Poco importa que se trate de un monopolio privado o público, la degradación de la naturaleza, la destrucción de los lazos sociales y la desintegración de lo humano nunca podrán servir al pueblo”: así lo dijo, hace prácticamente medio siglo, ese pensador de lucidez crítica que fue el austríaco Ivan Illich, de quien el próximo diciembre se cumplirán diez años de su muerte. Siempre fructífero, hoy resulta de capital importancia volver a dialogar con Illich sobre éste y muchos otros temas que configuran la muy cuestionable “cultura del progreso”

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